miércoles, 14 de octubre de 2009

kamasutra historia


El Kama Sutra es un texto clásico indio probablemente de alrededor del siglo V después de Cristo, se atribuye a un tal Vatsyayana que no sé quien es ni me pondré a averiguarlo. Probablemente sea el más conocido libro de la antigua cultura hindú, más que todos los vedas, o las historias del Dios Brahma o de Shiva o de la mortifera diosa Kali.
Desde el famoso tratado de Master y Johnson sobre la sexualidad, Occidente se ha vuelto loco a buscar formas racionales que expliquen el eros, ergo, a pasarla bien en el ring de cuatro perillas pero dándole un sentido lúdico o intelectual al viejo placer de darse como bombo en fiesta en medio de pasiones desatadas.
En la mirada de entonces hacia civilizaciones antiguas que supuestamente tenían sabidurías olvidadas por la humanidad tomó mucha fuerza el Kama Sutra, al igual que los huacos eróticos de las culturas andinas, los frescos de los baños de Pompeya o las figuras de los vasos griegos del perído micénico. Pero nada como el Kama Sutra con sus metáforas de animales, las 64 combinaciones de entradas al paraíso y por supuesto, sus figuras, donde los hindúes antiguos aparecen con cara de circunspectos, mientras se hacen puré bajo idilicas figuras del Himalaya, el Rio Ganges o los sagrados elefantes blancos.
El Kama Sutra ha penetrado ( dándole el sentido cultural al verbo) con fuerza en Occidente. Ha influido en el cine, en el habla popular y cada pueblo se siente dueño de alguna parte de él. Famoso es el llamado Kama Sutra chileno, recolección de historias populares sobre las distintas prácticas sexuales de los tímidos habitantes de la faja entre mar y cordillera donde habito, donde cada cual tiene su historia asociada al clásico de la literatura india. Aqui va la mía.
Hace algunos años trabajaba yo en la Superintendencia de Servicios Sanitarios, dedicado al oficio de calcular las tarifas del agua y el alcantarillado. La legislación chilena obliga a la Superintendencia a hacer un estudio de costos de la empresa sanitaria, y la empresa también hace el suyo, sobre el cual se busca establecer un consenso de cuales son los costos de proveer el vital líquido a las ciudades.
Si no hay acuerdo se cita a una comísión de expertos que resuelve una a una dichas discrepancias. A mi grupo de trabajo le tocó hacer un estudio de costos que no tuvo acuerdo, por lo que se convocó a una comisión dirigida por uno de los economistas e ingenieros más caperuzos que hay en esta tierra, que entre múltiples responsabilidades le tocó ser Ministro de un área económica de alta importancia.
Para resolver dichas discrepancias se citó a audiencia en las oficinas de dicho señor, extremadamente serio y circunspecto, al que le teníamos mucho miedo por su rigor intelectual. Llegado el día de la audiencia, esperabamos en el hall de su oficina, mientras la empresa sanitaria exponía sus argumentos y nos destrozaba ante la comisión.
El Hall estaba lleno de esos libros de fotos de inauguraciones de obra de la época que este señor fue Ministro, los que empezamos a hojear esperando que pasara el tiempo y llegara el momento que nos tocara exponer, nuestros argumentos se fueran al piso, y por tanto subirían las tarifas del agua. Pensabamos en qué decir a la vuelta de la oficina.
En ese momento mis ojos curiosos notaron un libro gordo, precioso, con una tapa dorada. Al abrirlo, con sorpresa reparé que era una versión finamente ilustrada del Kama Sutra. El asombro de todos fue total, tanto por el propietario ( con fama de serio ), como por la calidad de las ilustraciones, donde destacaba una mujer con el tercer ojo en la frente, mientras era motivo de atenciones por todos lados (lease todas las entradas posibles al paraíso, una amiga otorrina me diría que las orejas no clasifican como tales) y un bigotón circunspecto con cara de jugador de ajadrez clásico acompañado de seis damas, cuales eran todas atendidas ocupando distintas extremidades y protuberancias del señor en cuestión.
La risa fue total, lo que provocó el relajo del grupo. Durante la presentación, mientras explicaba la configuración de las tuberías necesarias para prestar un servicio eficiente de agua potable, veía la cara de muertos de la risa de mis colegas.
Cabe destacar que dicha presentación fue un éxito, y gracias al criterio profesional del grupo de ingenieros y la solvencia como enfrentamos dicha comisión de expertos presidida por el ex ministro y envidiable dueño del libro mencionado, las tarifas del agua bajaron y la empresa tuvo que volverse más eficiente, para ganancia de los habitantes de aquella ciudad.

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